sábado, 9 de abril de 2011

Desafortunado regalo

Con motivo de la fortuna, el jueves fui agraciado en un sorteo con dos entradas para unos monólogos en la sala Galileo. 


Si bien dicho espectáculo no me llamaba ferozmente la atención, me apetecía compartir con alguien especial ese momento y había que decidir a quién invitar al evento.


Por una mala experiencia vivida hace menos de un mes, (y de otras pasadas) decidí no llamar a "S", aunque desde aquel día, no he vuelto a saber nada de ella. ¿Te ha comido la tierra?

Pensé en "D" pero se fue de fin de semana, además, ya se plantó el año pasado también con otra historia rara.



Como sé que este tipo de cultura, no atrae demasiado a la gente cercana que me rodea, y para curarme en salud, decido invitar a la persona que jamás me va a fallar, y que con toda su dulzura acepta venir al Galileo.

Llegado el momento de ir a Madrid y 5 minutos antes de coger el Cercanías, decido no ir al espectáculo. Mi semblante serio no estaba con ganas de fiesta. No sé disimular, no hacía falta dar explicaciones.

La triste realidad se apoderó de mi, y me volvió a ganar la batalla que diariamente perturba mi mente.


Moraleja: No participes en un sorteo de cuyo premio no vayas a disfrutar con quién te gustaría hacerlo.

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